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La impresión de la ciencia

10/07/2012

Isabel Molina

Sus dibujos son de una delicadeza extrema, detallistas y sugerentes. Además de retratar fielmente las poblaciones neuronales del cerebelo o cómo las fibras trepadoras abrazan a las dendritas de las células de Purkinje, la mano artística de Santiago Ramón y Cajal consiguió que uno pudiera admirar sus ilustraciones más allá del punto de vista puramente anatómico. Sus dibujos le ayudaban a entender lo que veía a través del microscopio, dándole la posibilidad de imaginar que no era un tejido muerto y fijado en una placa, sino algo vivo que era así por alguna razón que era necesario descubrir.

Células y fibras del cerebelo descritas y dibujadas por Cajal. Con permiso del Instituto Cajal

En el último siglo los científicos han dejado a un lado el lápiz y se ayudan del tremendo avance de la tecnología de la imagen: microscopios y telescopios, escáneres, resonancias, satélites o microcámaras que muestran el interior del cuerpo humano, incluso impresoras 3D. Nunca antes se tuvo tanta información visual en las investigaciones (salvo excepciones, porque Cajal pintó miles de ilustraciones de sus trabajos. Unas 2000 están en el Instituto Cajal, del CSIC).

Pero a pesar de estar viviendo en la era de la fotografía científica, muchos artistas no han dejado de pintar la ciencia y la naturaleza. Hace no mucho se subastaba el que se ha convertido en el libro más caro de la historia, que no es uno de Shakespeare, sino ‘Aves de América’, un inmenso y fiel catálogo de la fauna que sobrevolaba América a finales del siglo XIX. Un libro de acuarelas en su mayoría, compuesto por 435 láminas de 1.065 aves de 489 especies de todo el continente que pintó John James Audubon.

Pelecanus erythrorhynchos y rascón real. John J. Audubon. Dominio público

Los ilustradores cuentan lo que nos rodea a golpe de pincel y ponen sobre lienzo aquello que otros sólo pueden contar con datos o palabras más o menos exactos. Sus dibujos son una bonita fusión entre ciencia y arte y nos enseñan la anatomía de un murciélago, el brillante caparazón de un escarabajo o el esqueleto de un dinosaurio tal y como murió hace millones de años. Retratos que no siempre tienen la pretensión de contar la ciencia pero que igualmente nos acercan al mundo natural, la paleontología o la astronomía. Porque conviene distinguir a los ilustradores cuyo arte no pretende contar ciencia aunque la retraten, de aquellos (científicos en su mayoría) que sí tienen esa vocación.

Lucia Carina Osorio Antunes, 2011© y Meg Sodano, 2012©. Con el permiso de Guild of Nature Science Illustrators

Los dibujos de Cajal que acompañaban a sus investigaciones, eran tomados por otros científicos como ilustraciones artísticas que poco tenían que ver con la realidad de lo descubierto. Pero años después el mundo científico sigue asombrándose con la minuciosa descripción del sistema nervioso que hay en esos dibujos, que lejos de ser estáticos hacen imaginar el cerebro en movimiento. Muestran las conexiones entre células, la arquitectura y organización de todas las estructuras cerebrales, los detalles anatómicos que hoy son una certeza y que han sido confirmados con otros medios. Fue una suerte para el desarrollo de la neurociencia que en Cajal coincidieran a la vez un científico brillante y un gran dibujante.

Tipos celulares de las capas superiores de la corteza cerebral. Con permiso del Instituto Cajal, CSIC.

Pero a pesar de la indudable belleza, las dos dimensiones no son a veces científicamente suficientes excepto para cerebros privilegiados como el de Ramón y Cajal, que supo ver donde los demás no lo hacían. En los últimos años la revelación ha venido de la mano de la impresión en 3D: crear formas con volumen a partir de modelos creados por ordenador.

Hasta hace poco esta herramienta se usaba exclusivamente en la fabricación de algunas piezas especiales debido a su enorme coste. Pero cada vez más los centros de investigación están incluyendo estas máquinas en sus investigaciones porque muestran lo que en una fotografía o un en escáner no se ve (como canales proteícos que pueden tener una función biológica), además de tener un gran valor didáctico. Ya no es raro ver a paleontólogos y arqueólogos con sus fósiles o huesos, recién impresos con absoluta precisión, debajo del brazo o biólogos que viajan con sus estructuras de polímeros en 3D que muestran la unión entre dos proteínas. Y aunque pasemos de la sutil sugerencia de algunas ilustraciones al más sólido (y palpable) realismo, muchas de estas piezas son auténticas obras de arte también.

Proceso de impresión y modelo 3D de un virus. Por cortesía de Adam Gardner, The Scripps Research Institute.

En pocos años probablemente asistamos a una nueva revolución tecnológica con esa cercana posibilidad de imprimir casi cualquier objeto que queramos. Es más, ya existen compañías que se dedican a ‘bioimprimir’ tejidos vivos a partir del tipo celular que se quiera. A partir de células primarias la bioimpresora genera un tejido viable biológicamente. Las aplicaciones más inmediatas ya están en marcha: estudiar cómo se comporta una célula rodeada enteramente por otras sin necesidad de modelos animales o ensayar fármacos directamente sobre el tejido. Tejido humano funcional a la carta.

Ya sea en papel, a carboncillo, en color o en blanco y negro, más o menos artístico e incluso en 3 dimensiones, queda patente que la ciencia ha necesitado y necesitará de ese apoyo visual imprescindible para contar y entender sus descubrimientos. Como el recién descubierto bosón de Higgs… una de esas noticias de la que todos nos alegramos pero que muy pocos consiguen entender a pesar de que grandes divulgadores de la ciencia la han tratado de contar.

Tal vez sea necesario para comprender un poco más, que alguien ilustre (o imprima) con mano experta ese escurridizo bosón que no se ve pero que sin embargo, se mueve.

*Referencias: http://www.nature.com/news/science-in-three-dimensions-the-print-revolution-1.10939

Guild of Nature Science Illustrators: http://www.gnsi.science-art.com/2012GA/

The Scripps Research Institute: http://www.scripps.edu/

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  1. 11/07/2012 10:19 pm

    Has elegido un tema precioso, Isabel.
    Esperemos que alguien recoge el desafío y explique en un dibujo, qué es el boson de Higgs y por qué debo alegrame tanto de que lo hayan descubierto (o casi descubierto).

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